¿Cuándo sí tiene sentido hacer una waitlist?
No siempre, pero hay 6 buenos motivos. Aprovechalos para tener éxito con esta táctica.
Cada tanto aparece una táctica que todos empiezan a usar. La waitlist es una de esas.
A veces funciona increíble. A veces no mueve la aguja.
La diferencia suele estar en algo simple: cuándo la usas y para qué.
Dropbox la usó para validar si tenía sentido seguir construyendo. Lemon, para amplificar el lanzamiento de un nuevo producto y disparar el crecimiento. Nosotros en Growth Rockstar la usamos para ordenar la experiencia de quienes entran a nuestros cursos.
En este artículo voy a desarrollar sobre los 6 casos de uso que aproveché para implementar waitlists y que ví funcionar en distintos negocios.
Sin tiempo para leer? Obtén un resumen personalizado de este artículo aquí.
1. Cuando buscas validar Product-Market Fit sin construir todo el producto
Un caso en el que las waitlists funcionan muy bien es cuando queremos validar pmf antes de construir. Lo que en inglés se conoce como smoke test. No hay un producto funcionando, pero sí una hipótesis que se quiere validar.
Ya conoces como funciona: Lo clásico es armar una landing page con una propuesta clara, y se invita a las personas a unirse a una lista de espera. El objetivo es validar que hay un mercado que quiere el producto que pensamos construir. Si nadie se anota, ya se obtuvo una respuesta. Y si hay tracción, se puede avanzar.
Este es un gran uso de una waitlist.

Por ejemplo, el lanzamiento de Dropbox en 2008 es una masterclass de esto!
Armaron un video demo de dos minutos mostrando cómo funcionaría el producto... cuando en realidad todavía no existía. Compartieron ese video en Hacker News y otros portales, y en solo 24 horas juntaron más de 75.000 personas en la lista. Eso les dió tracción inicial, validación e incluso inversión.
Algo parecido hizo Mural en sus inicios. En una conversación que tuve con Agustín Soler, su cofundador, me contó que fueron al evento South by Southwest, y presentaron el producto. Luego armaron una landing con un access request mientras desarrollaban la herramienta. Necesitaban confirmar si había otras personas que también querían colaborar visualmente en remoto. Y funcionó! Cientos de personas se anotaron y el producto despegó a partir de ahí.
2. Cuando estás en etapa de tracción y buscas generar hype
Otro buen caso de uso para implementar una wailist es cuando queremos generar expectativa. FOMO. Conversación.
Es como cuando pasas por la puerta de un restaurante y ves una fila. Ni siquiera sabes qué venden, pero asumes que hay algo bueno. Ese mismo efecto lo puede generar una waitlist. Bien usada, genera más tracción que cualquier anuncio.
Hace tiempo escribí el caso de la fintech Lemon, cuando lanzó su tarjeta VISA. Ya tenían una base de usuarios sólida, pero estaban por lanzar algo completamente nuevo: una tarjeta física que traía el mundo crypto al uso diario. En lugar de abrirla directamente, lanzaron una campaña con influencers argentinos, y activaron una waitlist. Esperaban 10.000 personas. Se anotaron más de 100.000 antes del lanzamiento oficial. Una locura!

3. Cuando hay una restricción real en la capacidad operativa
Este es uno de los pocos casos en los que dejar a un usuario fuera de tu producto está justificado. No porque se quiera, sino porque no se puede atender toda la demanda de forma simultánea. Puede ser por falta de equipo, de infraestructura, etc.
En ese contexto, la waitlist te permite gestionar la demanda de manera ordenada. Pero incluso así, el foco debería estar en resolver el cuello de botella. La lista de espera es una solución temporal; no un modelo de negocio.
Nos pasó en nuestra plataforma de mentoring MENTOR. Cuando lanzamos teníamos apenas 26 mentores activos. Y la demanda empezaba a crecer. No podíamos abrir la puerta de golpe, porque íbamos a saturar las agendas de los mentores y perder supply. La waitlist fue una medida para sobrevivir sin romper todo. Y funcionó. Hoy con más de 120 mentores en la red no necesitamos una waitlist.
4. Cuando el timing forma parte central de la experiencia del producto
Este caso de uso de waitlists me fascina, obvio.
Hay productos que mejoran si las personas ingresan al mismo tiempo. Cursos por cohortes, bootcamps, eventos en vivo. La experiencia se enriquece cuando se comparte con otros.
En esos casos, tiene sentido acumular personas en una lista y abrir el acceso de forma sincronizada. No solo ordena el proceso interno, sino que permite capitalizar la energía de un lanzamiento conjunto.
Nos pasa con los cursos en Growth Rockstar que van por ediciones. Los grupos arrancan juntos. Y el momento de entrada es fundamental en la experiencia. Entrar en un cohorte con 200 personas es muy distinto a entrar solo. Y eso también se diseña desde la waitlist.
Aprovecho el espacio para decir que la edición 12 del Curso Growth Rockstar inicia el 22 de Septiembre. Para ser parte de esta edición, aplica en este link.
Quedan 2 casos más…