La psicología detrás de los productos virales
Todos quieren ser virales… pero pocos entienden cómo funciona la viralidad.
Crecer de forma viral es lo que todos queremos. Es la manera más rápida de hacer que un producto despegue.
Podemos pensar en grandes éxitos como Uber, Rappi, Instagram, Snapchat, Mural, Figma o ChatGPT. Todos ellos tienen algo en común: sus crecimientos se dispararon porque sus usuarios atraen a más usuarios.
Pero la pregunta es: ¿por qué algunos productos logran esa viralidad y otros no?
No se trata solo del producto! Se trata de las personas.
La viralidad no es magia… es psicología humana.
Después de analizar cientos de productos virales, descubrí que hay 7 motivaciones principales que hacen que una persona comparta algo. En este artículo las detallo. Si alineas esto con tu producto, vas a tener en tus manos una de las palancas más potentes para hacerlo crecer.
1. Estatus
La primera motivación de la que quiero hablar es el estatus.
Nos guste o no, como humanos valoramos que otras personas nos consideren valiosos. Compartimos cosas que nos hacen ver inteligentes, exitosos o conectados con las personas correctas.
Compartimos lo que eleva nuestra imagen. La ronda de x$ millones que levantamos, el evento al que fuimos, o el nuevo iPhone que compramos.
Eso es exactamente lo que ofrecía LinkedIn cuando comenzó.
En sus inicios, entre los primeros usuarios de LinkedIn estaban los grandes nombres de Silicon Valley, como Mark Andreessen, fundador de Netscape, por mencionar algún ejemplo. Era como un club exclusivo donde los que estaban moldeando el futuro de la tecnología conectaban entre ellos.

Imagínate lo que sería hoy entrar a una red social y encontrarte con Elon Musk, Mark Zuckerberg o Sam Altman. Eso era LinkedIn en los 2000.
Además, al principio no cualquiera podía entrar. Solo podías unirte recibiendo una invitación de otro usuario. Entonces si tenías una cuenta, eras parte de un círculo reducido. Compartir que eras parte de LinkedIn era, en sí mismo, una declaración de estatus.
Si compartir tu producto eleva la imagen (el estatus) de tus usuarios, entonces tiene potencial de ser viral.
2. Proyección de identidad
Otra razón por la que compartimos es porque queremos que los demás vean algo de nosotros. Mostrar gustos, valores o intereses, no solo define cómo nos perciben, sino también cómo nos percibimos a nosotros mismos.
Por ejemplo, en Instagram, subir fotos de tus viajes o libros no es casualidad. Es tu manera de decir: "Me gusta explorar" o "Soy intelectual".
Usar y recomendar una herramienta como Notion, también es una declaración: "Soy organizado y productivo".
Un caso muy interesante es el del primer comprador de Mercado Libre. Raúl Fiaschi entendió el potencial del marketplace antes que todos. Para él, ser usuario de la plataforma no era solo algo funcional; era una forma de decir: “Soy alguien que apuesta por la innovación”.
Otro caso que me parece fantástico es el de Spotify Wrapped. Cada diciembre, millones de personas comparten orgullosos sus estadísticas anuales de música. No es solo un: “Miren mi buen gusto musical”. Es también una forma de decir “así soy yo”, “estos son mis gustos”. Y como bonus, esas estadísticas suelen conectar a las personas con otras que tienen gustos similares.
Piensa en esto: si tu producto permite que los usuarios se proyecten y le digan algo al mundo sobre quiénes son, van a querer compartirlo. Es casi automático.
Si quieres profundizar en la creación de estrategias y loops virales de adquisición, aplica a la siguiente edición del Curso Growth Rockstar.
3. Ser útil
A todos nos gusta ser útiles. Cuando compartimos algo que puede ayudar a otro, o solucionar un problema, reforzamos la idea de que aportamos valor.
Te cuento algo personal…
Cuando lancé el blog de Growth Rockstar, mi idea inicial era escribir artículos prácticos, como guías y playbooks, para que los lectores los usaran directamente en sus productos y empresas. Hoy, el blog no solo es un recurso educativo, sino algo que las personas recomiendan porque les ayuda a resolver desafíos con sus equipos.
No digo que sea algo viral (aún), pero vi cómo un artículo útil se comparte en grupos de WhatsApp, o se reenvía vía email, y termina siendo estudiado en reuniones de equipo. Eso es exactamente lo que pasa cuando un producto resuelve un problema claro: los usuarios se vuelven sus mejores promotores.

Sigamos con las 4 motivaciones que faltan…
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